«Dicen las abuelas que cuando nacimos la tierra nos regalo una vasija sagrada para recordarla. Y nos la puso en un lugar muy especial, abajo de la fuerza de voluntad y arriba de nuestras raíces, y la conectó con nuestros ríos interiores para poderle ofrendar siempre un poco de fertilidad. Esa vasija es igual a un volcán, y contiene la flama encendida, es ahí donde se gestan todos los nacimientos. Ahí es donde inicia la creación universal. Esa vasija la hizo de barro para que pueda latir. Y si la amamos y cuidamos puede crearse en ella un jardín lleno de sabiduría y memorias.
La hizo perfecta, húmeda, caliente y depositó en ella todas las pócimas y alquimias para recordar cómo se sana la humanidad. Guarda los secretos de toda la creación y de ella sale un poder inigualable.Nos advirtió que si perdemos la conexión nos enfermamos de tristeza o manipulación.También guardo en ella la receta para su sanación y creo plantas y flores a su servicio, ruda, salvia, Santa María, sangre de grado, menstruanza y cancerina cuando la sentimos quebrada.La hizo pensando en una flor, se inspiró en las orquídeas y así la dibujó.Con esa sutileza se toca, con sus perfumes ella habla, con sus esencias nos envuelve.La puso es todas sus hijas para que nos recordemos que somos hermanas, y le otorgó ciclos iguales a los de la luna, para hacernos a todas sabiElla puso en esa vasija un hechizo, y el conjuro consistía en prenderlas todas juntas para que pudiéramos conectarnos, recordando a todas nuestras abuelas.Todas esas vasijas están encendiéndose, el volcán se está despertando.»Autor : Lucrecia Astronautahttps://www.facebook.com/leslyherreraguillenwww.lamujerlunar.com