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Además de las zonas erógenas primarias, hay determinadas partes del cuerpo que responden fácilmente a los estímulos eróticos.

Cuero cabelludo

Masajear el cuero cabelludo, además de producir mucha relajación, puede servir también para estimular a la pareja, mientras se acompaña con palabras que conducen a la excitación.

Cuello, cogote, zona de la clavícula, axilas, laterales del tórax y espalda

Acariciar y besar estas áreas produce excitación y una sensación muy próxima al placer.

Pechos

Los pechos femeninos son más sensibles a la estimulación que los masculinos. Muchas mujeres pueden incluso llegar al orgasmo con un masaje en esta zona.

Ojos

Besar la parte de los párpados de los ojos, además de ser una demostración de afecto y confianza, resulta muy estimulante, a causa de los nervios que confluyen en los mismos.

Orejas

A mucha gente le gusta murmurar al oído cosas sensuales. Si se acompaña con un movimiento leve y delicado del lóbulo de la oreja y de la parte de atrás de la oreja, siempre con cuidado, puede producirse una gran excitación.

Labios y boca

La boca y los labios son los primeros órganos que pueden ser excitados con besos y caricias. La lengua está llena de glándulas sensibles. Si la estimulación de los labios con besos es acompañada de caricias y estimulación genital, puede llegarse fácilmente a la excitación y al orgasmo.

Brazos e interior de los muslos

Las extremidades superiores son especialmente sensibles, concretamente la zona que se encuentra en la parte anterior al codo. También es muy sensible la parte interior de los muslos. Un recorrido suave con la punta de los dedos por estas zonas puede ser muy estimulante.

Pies, tobillos y piernas

Los pies están llenos de terminaciones nerviosas. Un suave masaje en la planta del pie, siguiendo por los tobillos y las piernas hasta llegar al interior de los muslos puede ser muy excitante.

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