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Error Número 1: Tomar Decisiones Precipitadas

 

Mucha gente afronta un divorcio con la prioridad de atravesarlo con rapidez y poder empezar así una nueva etapa en su vida lo antes posible.

Partir de esta idea es algo lógico y comprensible, pero es importante tener presente que tanto los acuerdos que se puedan alcanzar como las sentencias judiciales van a condicionar tu vida y la de tus hijos durante mucho tiempo.

Debes tener muy claro cuáles son tus objetivos y aceptar que debes hacer un esfuerzo para intentar conseguir la mejor calidad de vida posible para tus hijos y para ti cuando termine el proceso.

 Aceptar acuerdos que están muy por debajo de los objetivos propios o no presentar recursos por mero hecho de terminar el proceso lo antes posible acaban por ser errores de los cuales, transcurrido un tiempo, la inmensa mayoría de las personas se arrepienten.

 

Error Número 2: Negarse a Ser Flexible en la Negociación

 

Aunque afortunadamente la mayoría de los divorcios se resuelven sin necesidad de llegar a un proceso contencioso uno de los errores más habituales es el de negociar con el ego como principal protagonista.

El estrés que acompaña a estos procesos hace que sea difícil gestionar adecuadamente las emociones y es habitual emplear el divorcio como la manera de exteriorizarlas. Esto hace que muchos divorcios acaben convirtiéndose en guerras donde el objetivo principal es ganar a cualquier precio.

Convertir un divorcio en una guerra es un error que generalmente puede salir muy caro. Muchas personas se niegan a aceptar convenios reguladores muy buenos simplemente porque piensan que pueden conseguir más o porque sienten que la otra parte no ha perdido lo suficiente.

Cuando uno se enfrenta a un proceso contencioso es muy difícil saber con certeza cómo acabará y por tanto se puede llegar a perder mucho más que lo que se obtiene.

Intenta crear un sistema de negociación cooperativo donde ambos podáis ganar y siempre con el fin en mente de que todas las partes salgan lo más favorecidas posible.

No debes conformarte con menos de lo que consideras justo pero tampoco negarte a aceptar acuerdos que te permitirían empezar esa nueva etapa en tu vida con una buena calidad de vida.

Céntrate en conseguir un buen acuerdo y nunca, bajo ninguna circunstancia, seas el hostigador de que tu divorcio se convierta en una guerra.

 

Error Número 3: Usar el Divorcio como un Medio para Perjudicar a tu Exmujer

 

Acorde a un estudio llevado a cabo por Michael J. Rosenfeld, profesor de la Universidad de Stanford, el porcentaje en el que el divorcio es iniciado por las mujeres se sitúa alrededor del 70%. Esto hace que muchos hombres afronten el divorcio con las emociones a flor de piel.

Cuando una persona decide que no quiere estar en tu vida es lógico sentir cierto grado de enfado. Trasladar ese enfado o esa rabia al divorcio es un error que se debe evitar a toda costa.

En primer lugar si una persona decide que ya no quiere estar en tu vida la manera más madura de actuar es simplemente aceptarlo y facilitar el proceso de separación. Un hombre maduro y con valor no pide a ninguna mujer que esté con él cuando ésta no lo desea. Se limita a seguir con su vida e intentar que ésta sea lo más agradable posible.

Sentir dolor o enfado es normal, el error es dejar que esas emociones condicionen el proceso. Debes tener un solo fin en mente, conseguir las mejores condiciones posibles con las que afrontar la nueva etapa que vas a comenzar.

En los momentos difíciles es donde realmente se conoce a las personas. Hay personas que se dejan arrastrar por las emociones mientras otras son capaces de mantener la calma y actuar de manera lógica. Estas últimas son las que acaban consiguiendo atravesar el proceso de manera menos traumática y consiguiendo mucho mejores condiciones.

Error Número 4: No Pensar en el Futuro

Un divorcio va a cambiar tu vida para siempre. Es importante tener esto en cuenta para comprender que el modo en el que te sientes ahora será muy diferente de cómo te sentirás en el futuro.

Durante el divorcio puedes llegar a sentir mucho estrés y puede que te apetezca tener tranquilidad y no veas tan necesario pasar mucho tiempo con tus hijos. Esto te puede llevar a no querer pedir la custodia compartida. Sin embargo, después de un tiempo y cuando todo esté calmado, tal vez te arrepientas de no estar presente más tiempo en la vida de tus hijos.

Esto es solo un ejemplo de la necesidad de pensar en el futuro cuando uno afronta un divorcio. No pienses solo a corto plazo, es más importante que tengas claro cómo te gustaría vivir de aquí a un año o dos, cuando todo esto no sea más que un recuerdo en tu mente y hayas vuelto a recuperar la estabilidad.

Error Número 5: Olvidar qué es lo más Importante

 

Cuando te enfrentes a un divorcio debes pensar en primer lugar qué es lo más importante para ti. Si estar con tus hijos es importante, como es lógico, céntrate en marcarte eso como un objetivo fundamental.

Esto te permitirá tener siempre presente por qué merece la pena atravesar estos momentos difíciles y te sentirás más fuerte en los momentos de debilidad.

Debes tener prioridades muy claras sobre lo que es aceptable para ti. Si eres capaz de tener claro tus prioridades prestarás menos atención a lo que no es importante en el proceso.

Tal vez tengas que hacer algo que te resulta incómodo pero al menos sabrás por qué es importante hacerlo y eso hará todo mucho más fácil.

Fuente: proactivelife